La pasada semana fuimos a Gredos,
en Ávila, para pasar unos días en un campamento de inmersión lingüística, para
practicar y mejorar nuestro nivel de inglés.
El autobús nos recogió en una
calle cercana al instituto. Teníamos que estar a las 7:45 de la mañana, para
poder pasar lista y elegir compañero de viaje.
Durante el viaje íbamos hablando,
escuchando música e incluso algunos dormían porque estaban cansados.
Personalmente se me hizo bastante corto el viaje aunque a algunos seguro que
fue al revés.
Nada más llegar, fuimos al lugar
donde nos íbamos a alojar y nos entregaron un libro en el que teníamos que
apuntar cosas cuando fuéramos por el monte. Acto seguido hicieron el reparto de
habitaciones, donde había cuatro literas y un cajón para que cada persona
guardara su ropa.
Hicimos muchas actividades, como
cocina, gestos, programas de televisión, anuncios, trailers y muchas más. Pero,
sin duda, mi favorita fue la última que hicimos, que era de varios tipos de
animales que tenían que intentar huir de los depredadores.
Para comer había un pequeño
comedor donde desayunábamos, comíamos y cenábamos. Y podíamos coger de ahí una
fruta para comer si teníamos hambre.
Un día, por la mañana cuando nos
levantamos, estaba nevando un poco, pero no cuajaba. Pero por la noche empezó a
nevar y a cuajar y todos, o casi todos, salimos a la nieve.
El último día hicimos una ruta
por las montañas y comimos en un camping. Cuando terminamos de comer nos dieron
tiempo libre para hacer lo que quisiéramos y después nos recogió allí el
autobús y volvimos a la “cabaña” a meter las maletas.
Durante la vuelta, hicimos lo
mismo que a la ida, hablar, escuchar música y, la mayoría, dormir. Estábamos
muy cansados después de dos días de tanta actividad.
A mí me gustaría mucho volver a
ir. Ha sido una experiencia muy divertida que me gustaría que todo el mundo
disfrutara.
Julia Mateo Iglesias 1º ESO